En Trinidad no llueve, pero hay lluvia de críticas

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Más de 30 000 personas en Trinidad  sufren los rigores de la poca disponibilidad de agua, según cifras del Grupo Temporal de la Sequía, constituido para enfrentar la emergencia en el Gobierno local de esa ciudad, ubicada en el sur de la central provincia de Sancti Spíritus y fundada en la primera mitad del siglo XVI.  

“La escasez del vital líquido constituye uno de los mayores reclamos de los trinitarios ante las dificultades para acceder a un recurso imprescindible”, afirmó un reportaje publicado este lunes en la versión digital de Escambray,  el periódico provincial.

Entre las quejas más frecuentes de los pobladores están la manipulación a conveniencia de las válvulas de la red de distribución, la venta de camiones cisterna (pipas) tasadas entre 3 000 y 5 000 pesos, atrasos en el servicio por más de dos meses, y malas prácticas de miembros del sector hidráulico que se verifican en la improvisación, la insensibilidad y el descontrol.

 “Estamos enfrentando una situación crítica, las quejas son diarias… Tampoco estamos satisfechos con el servicio mediante las pipas. Asisto con disciplina a la reunión y dejo por escrito las prioridades, pero el carro no llega a la cuadra o lo hace cinco días después”, manifestó  Osnedi Valmaceda Medina, presidenta del Consejo Popular La Purísima, al periódico Escambray.

Por su parte Arnaldo García Iznaga, delegado de la circunscripción 12 del Consejo Popular Centro, respalda las palabras de la representante del Gobierno: “Existe mucho descontrol; por ahí es que se desvía el agua y se vende”.

Las insatisfacciones también apuntan a los salideros, la limpieza de las fosas y los registros hidrosanitarios, e igualmente señalan en dirección al servicio que se debe dispensar a los pacientes de enfermedades crónicas.

“Alrededor de 500 se encuentran en esta condición, a los que se les debe garantizar el servicio con una frecuencia de hasta 20 días; pero en estos momentos existe mucho atraso”, informó Mercedes Zamora, al frente de la oficina de Atención a la Población del acueducto municipal, quien, a su vez, reconoció el  apoyo de trabajadores por cuenta propia que ejercen la actividad de acarreo de agua.

Atisbos de mejoría

Sin posibilidades de nuevas fuentes de suministro de agua, y en medio de una severa sequía, los trinitarios dependen de la estabilidad de los sistemas de bombeo.

De los motores adquiridos por Cuba recientemente, ocho fueron destinados a Trinidad. Su montaje se ejecutará progresivamente, según dijo Sorroche Ruiz al periódico Escambray, toda vez que se requiere de una detallada “revisión de todos los componentes de las pizarras eléctricas a fin de evitar averías futuras”.

Paisaje nacional

Las crisis en el abasto de agua son regulares en Cuba, ya sea por sequías intensas, que cada vez se repiten con mayor frecuencia, o por causas estructurales que se arrastran de décadas pese a inversiones, de envergadura o puntuales que no han podido enderezar la calidad del servicio.

Según el ingeniero Alexis Acosta Cruz, vicepresidente de la OSDE Agua y Saneamiento, pese a que el país registra más de 2 500 lugares con sistemas de acueducto, una cifra superior a las 3 000 estaciones de bombeo y más de 24 000 kilómetros de redes y acueductos para el beneficio de cerca de 8.8 millones de personas, solo  48 % cuenta con un sistema de abasto con indicadores de calidad, accesibilidad y disponibilidad que garantizan una gestión segura.

“El resto de la población recibe el servicio a través de otras modalidades, como el abasto de agua en pipas”, admitió el funcionario en el programa radiotelevisivo Mesa Redonda, recientemente trasmitido.

La fuente dijo que los  mayores problemas en el abastecimiento de agua potable los padece la región oriental, en tanto en la parte central existen dificultades en territorios montañosos y en la ciudad de Santa Clara.

Actualmente, según contabilizó el funcionario, unas 500 000 personas permanecen afectadas por esta escasez, y aunque la cifra está muy por debajo de lo reportado en otros momentos, sigue siendo alarmante.

Por su parte, José Antonio Hernández Álvarez, presidente del OSDE Agua y Saneamiento, citó  tres programas de inversión basados en la reposición de equipos de bombeo, la medición y el cambio de la matriz energética.

El directivo, también se refirió al precio del agua, que aumentó siete veces después del proceso de reordenamiento.

Álvarez afirmó que el valor actual  del metro cúbico está en 70 pesos y una persona consume cerca de tres metros cúbicos, lo que tendría un costo real de más de 200 pesos, “pero la población solo paga 7 pesos y eso afecta la liquidez de la empresa estatal”, indicó.

 

 

 

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