Díaz-Canel reconoce que los estados de opinión de los cubanos “son muy críticos y muy negativos”

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El presidente Miguel Díaz-Canel reconoció públicamente que los estados de opinión de los cubanos sobre la gestión del gobierno “son muy críticos y muy negativos”, en particular sobre la situación de la canasta básica, pero reiteró que las causas fundamentales de estos problemas se derivan de las sanciones estadounidenses.

“Ni arroz, ni café, ni chícharos, se olvidaron del pueblo”. “Parece que es una contrarrevolución para tener al pueblo disgustado”. “La cosa se está apretando, no viene ni picadillo, ni pollo; la leche dieta para niños y enfermos no tiene calidad”.

Tales fueron algunos de los comentarios recogidos en las redes y que el mandatario leyó al comienzo del segundo programa Desde la presidencia, difundido este jueves por el canal de YouTube de la presidencia cubana.

En el espacio, dedicado a la canasta familiar normada —por meses fragmentada y atrasada en la mayoría de sus productos— participaron como invitados la ministra de Comercio Interior, Betsy Díaz Velázquez, y el viceministro primero de Comercio Exterior, Oscar Pérez-Oliva Fraga.

De acuerdo con Díaz-Canel, el marasmo distributivo refleja una vez más “el recrudecimiento del bloqueo que es real” y que está marcando tanto la disponibilidad energética como la falta de liquidez en divisas, ambos escenarios debido a las sanciones y la persecución financiera de Washington.

“Está costando mucho trabajo que llegue combustible al país”, dijo, lo que repercute en la cadena de distribución de alimentos para que los productos lleguen, finalmente, a las más de 12 mil bodegas de la isla. 

Igualmente, el presidente arremetió contra Estados Unidos por condenar a Cuba a una “estrategia de asfixia económica” complementada con “intoxicación mediática”, mediante la cual, aseguró, se intenta culpar únicamente al gobierno de la prolongada crisis que sufre el país.

230 millones de dólares, cada mes

El mandatario confirmó que su gobierno apenas tiene margen de planificación financiera y calificó de “tarea titánica” procurar todos los meses unos 230 millones de dólares para que estos “garanticen los productos de la canasta básica”.

“Del dinero que entra semana a semana, hay que tomar las decisiones para estar pagando los alimentos. Muchas veces tenemos los barcos con alimentos, como en este momento, y no tenemos dinero para financiarlos”, admitió el jefe de Estado.

“Tenemos dos barcos de harina, estamos buscando financiamiento para pagar ese flete, y que eso nos pueda liberar la harina para a partir del lunes próximo empecemos a tener de nuevo el pan con estabilidad”, ilustró Díaz-Canel.

Actualmente, solo la empresa molinera de la provincia de Cienfuegos está produciendo harina de trigo.

La fábrica entrega unas 750 toneladas de harina de trigo diarias, que es la tercera parte del consumo nacional en un día, contabilizó Betsy Díaz, ministra de Comercio Interior.

“El 56 % del pan a la población ha estado afectado”, precisó la funcionaria.

“En estos momentos tenemos once buques con alimentos en puertos cubanos que por razones financieras no habíamos podido comenzar a descargar”, calzó, por su parte, el viceministro primero de Comercio Exterior.

Barcos de carga en el puerto habanero. Foto: Otmaro Rodríguez.

Cuba en el listado de los patrocinadores del terrorismo  

Pérez-Oliva Fraga argumentó las consecuencias de que Cuba se mantenga en la nómina estadounidense de naciones patrocinadoras o colaboradoras del terrorismo.

“En 2023 cinco bancos, sin aviso previo, se negaron a procesar transacciones relacionadas con las compras de alimentos con destino a la canasta normada. Esas negativas generaron demoras que oscilaran entre 40 y 105 días para que los productos se embarcarán hacia Cuba”, citó.

Pese a que Estados Unidos vende alimentos a la isla, dadas las exenciones que permite el embargo/bloqueo, dichas compras están sujetas a autorizaciones puntuales de la Oficina de Control de Activos (OFAC).

Dicha dependencia, que pertenece al Departamento del Tesoro, debe autorizar, a su vez, a las empresas proveedoras y también a los armadores de los buques que transportan las mercancías hacia el país caribeño.  

“Esas autorizaciones tienen un carácter discrecional, por tanto nosotros no podemos comprometer las compras de alimentos en EE: UU, incluso en aquellos casos en que los precios resulten más ventajosos. Siempre tenemos que tener segundas opciones para asegurar los alimentos a la población”, explicó.

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Las cortapisas financieras de las sanciones obligan a Cuba, a contrapelo de la práctica internacional, a pagar las contrataciones de mercancías por adelantado en todos los casos; en tanto los buques que las transportan a la isla deben regresar vacíos, lo que impacta en el costo de los fletes.

Igualmente, están prohibidas las compras de alimentos a empresas de terceros países que son subsidiarias de firmas estadounidenses, según el funcionario.

“En 2023 por reubicar productos que en EE:UU supondrían un menor costo, Cuba pagó 19 millones 480 mil dólares adicionales”, un monto que significa “cuatro meses de distribución de pollo de la canasta a la población”, tasó Pérez-Oliva Fraga.  

En paralelo, la ola inflacionaria global desatada por conflictos internacionales, entre otras causas, se tradujo que en 2023, “con un 11 % de incremento del costo de la canasta normada adquirimos 7% menos de productos”, correlacionó.

Futuro inmediato

La titular del Mincin, Betsy Díaz reconoció la desaparición de productos y los déficits de otros en la canasta normada, e informo que a partir de este mes se deben ir recuperando de forma progresiva las entregas en provincias que aún no han recibido parte de los surtidos, como arroz, sal, chícharo, azúcar y compota.

Sobre la leche, pasto de numerosas afectaciones y airadas críticas ciudadanas, la funcionaria señaló que se tiene aseguramiento para abril y mayo para los grupos etarios priorizados.

“El yogurt de soya o la leche de soya se reincorporarán en abril, ya que las importaciones están llegando”, anunció.

Igualmente, precisó que para abril está garantizado todo el arroz y se proyecta la distribución de pollo, aceite y la normalización de la producción de pan.

Se entregará en el mes, además, un kilogramo adicional de arroz, de donación y gratuito, al igual que para mayo.

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Fomentar producciones domésticas 

Según Díaz-Canel, las autoridades de la isla están comprometidas en “garantizar al pueblo los niveles esenciales de alimentos requeridos mediante la distribución normada utilizando la libreta de abastecimiento”.

En el futuro inmediato, el gobierno prevé estabilizar las entregas en las bodegas del país y lograr la distribución de una canasta íntegra a principios de mes.

De acuerdo con el mandatario, la estrategia es ampliar las producciones nacionales, sustituir importaciones y con las partidas financieras que hoy se invierten en las compras en los mercados exteriores, incrementar los aportes domésticos a la canasta.

“Esto no es algo lejano. Ya hay provincias que lo están logrando, como Cienfuegos, que ya produjo todo el frijol que necesita para todo el año”, dijo el presidente a guisa de ejemplo.

Historia de una “libreta”

La cartilla de racionamiento, conocida popularmente como la “libreta”, llegó de la mano de la Ley 1015 del 12 marzo de 1962.

Entonces buscó garantizar a todos los cubanos un grupo de productos básicos debido a la escasez resultante de la ruptura de vínculos con Estados Unidos, que fue hasta 1960 el principal mercado de la isla. Con ello se garantizaban cuotas mínimas a precios subsidiados, a veces inferiores al costo de producción.

Sin embargo, con el paso de los años y las sucesivas crisis sufridas por la isla, la “libreta” ha ido perdiendo peso en la alimentación de los cubanos y se ha especulado varias veces sobre su presunta desaparición, aunque sigue siendo muy necesaria para los sectores más vulnerables y de menos ingresos.

Para la ancianidad cubana es aún muy necesaria la libreta de abastecimiento. Foto: El Periódico / Archivo.

Actualmente, aunque resuelve una pequeña parte de las necesidades alimenticias de los sectores de menores recursos económicos, las familias deben recurrir a los mercados de libre oferta, donde la inflación campante vulnera los bolsillos de la gran mayoría de la población.

En el programa Desde la presidencia, que en la noche de este jueves fue reproducido en televisión nacional, Díaz-Canel confirmó que los planes a futuro de su gobierno pasan por subsidiar a personas, no a productos, por lo que la libreta o cartilla de racionamiento podría tener el tiempo contado. Al menos, como ha sido hasta hoy.

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